¿Qué es Cucurumillo?

Cucurumillo es una asociación educativa sin ánimo de lucro, en continuo cambio y crecimiento, creado por madres, padres y educadoras en busca de una educación y acompañamiento respetuoso en las edades comprendidas entre los 2 y los 6 años.

Entendemos que estas edades son muy importantes en cuanto a la formación de la personalidad, siendo el respeto a su ritmo, el acompañamiento de las emociones y el aprendizaje de las relaciones sociales quienes conforman una base importante en el crecimiento de las niñas y niños y su bienestar en la edad adulta.

Compartimos el sentimiento de tribu, existente entre todas las personas (familias, educadoras y grupo de niñas/os) que convivimos en el espacio día tras día. Aprendemos las unas de las otras y nos apoyamos.

Los pilares que fundamentan nuestro día a día en el espacio y nuestra manera de actuar con las niñas y niños son:

  • El respeto al ritmo de cada niña y niños, así como el respeto a una misma, al grupo y al espacio.
  • El fomento de la autonomía.
  • Mantener viva la autorregulación de cada persona.
  • El acompañamiento emocional, validando todas las emociones y prestando atención al estado emocional y al sentir de cada una/o.
  • El juego libre como aprendizaje.

Una buena parte del tiempo se invierte en conocer a cada niño y niña a través de las experiencias que compartimos día a día junto a ellas y ellos. Esto nos permite a cada acompañante acompañar y atender los procesos individuales de cada niño/a según su verdadera necesidad.

Un día en Cucurumillo es único y particular. No existe un día igual a otro, pueden ser parecidos pero no iguales. Cada día nos sorprendemos de las relaciones que se establecen, de los aprendizajes que se dan, la maduración de muchos aspectos en cada niña y niño, para nosotras es difícil a veces poder explicar momentos preciosos que se sienten con los sentidos pero que son difícil de transmitir con palabras. Es maravilloso observar como juegan, ver como aumentan sus relaciones, como superan retos, dificultades, como se emocionan tras un descubrimiento, una superación… poder estar en todos esos momentos nos hace reafirmarnos en la idea de que otra forma de educar, acompañar… es posible. Que lo que hacemos familias, educadoras… por mantener este espacio vivo merece la pena.

La mañana comienza en Cucurumillo muy relajada, con mucha calma, escuchando el sonido del ambiente que nos rodea así como sus olores. A primera hora preparamos el espacio con materiales que sabemos que les interesan, que disfrutan con ellos y les ayudan a desarrollar capacidades intelectuales, emocionales, sensoriales… cada niña y niño va conectando con aquello que más le apetece y/o necesita, puede ser con un material concreto, un juego, un poco de movimiento o la lectura de un cuento. Poquito a poco vamos encontrándonos todas y todos en el espacio, las familias se han despedido y nosotras junto al grupo preparamos la ronda para darnos los buenos días, contarnos como nos sentimos y qué nos depara el día… a veces solo cantamos ☺.

Al ratito nos vamos encontrando en la gran mesa del almuerzo donde disfrutamos de la rica fruta de temporada, verduras, pan y las ricas tortitas… a las cuales añadimos aguacate, tomate o un chorrico de aceite. En temporada de naranjas podemos estar tomándolas a lo largo de toda la mañana, en gajos, en zumos, a mordiscos, con canela… en la cocina o debajo del naranjo. Después de haber cogido energía quién sabe lo que puede pasar, hay días que nos encontramos con la sala de pintura abierta, o con las pinturas de dedos en el jardín, o quizás ese día nos haya apetecido usar la arcilla o hacer pan.

Mientras tanto, a lo largo de todo el día, hay juegos por todas partes del espacio, hay aprendizajes, hay conversaciones, conflictos, enfados, diálogos, alegría, bailes, canciones… todo o casi todo es posible en Cucurumillo. Para despedirnos, nos encontramos en la sala de los cuentos preparados para escuchar unos cuentos que nos ayudan a relajarnos y a sentir que el día está acabando y que enseguida estarán las familias en el espacio para irnos a casa a comer y descansar. Cualquier niña y niño puede estar en todos los momentos de un día en el espacio, pero eso sí, sin obligación, cada una/o es libre de moverse por el espacio e incorporarse a aquello que le apetezca, así la motivación e interés parte de ellas y ellos mismos.

El trabajo en este espacio educativo está inspirado en las filosofías de Steiner, Rebeca Wild, W. Reich, Paulo Freire, Pestalozzi, Vygotski y Piaget. Cucurumillo se basa en una metodología constituida por experiencias de aprendizaje que buscan adecuarse a las necesidades infantiles y a sus niveles de desarrollo cognitivo, afectivo y social. Las/os niñas/os están en un espacio cuidado y preparado para satisfacer sus necesidades, un lugar donde reina el respeto y el apego.
Si te interesa nuestro proyecto y quieres saber más, escríbenos a comunicacion@cucurumillo.org